Juan Soler, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN):
"En este mundo de milagros adelgazantes, han aparecido también algunos tests diagnósticos con los que, según dicen en su publicidad, se puede saber qué alimentos engordan a cada persona y cuáles no, propugnando tratamientos antiobesidad a base de la exclusión de la dieta de los mismos". Éste el caso del llamado test ALCAT de sensibilidad a los alimentos. La técnica parece sumamente sencilla y atractiva, ya que tras una analítica, previo pago de entre 360 a 600 euros, se le entrega al paciente un listado de alimentos que deben ser excluidos de la dieta, ya que supuestamente su organismo presenta algún grado de intolerancia a los mismos y por esta razón son los responsables de su obesidad. Lógicamente ante tal argumento no se presenta ninguna referencia bibliográfica que lo sustente. En cambio apoyan su hipótesis con un gran listado de estudios, todos ellos referidos a la respuesta alérgica a determinados alimentos, sin que ésta tenga ninguna relación con la obesidad. Justifican su técnica con un estudio efectuado en 10 pacientes y plantean que la obesidad "es un problema de la Medicina Estética que puede mejorar con dietas diseñadas por el test ALCAT". “No hay relación entre el aprovechamiento energético de los alimentos y las intolerancias. Se trata de un nuevo engaño enmarcado en el fabuloso negocio de la obesidad. El Test de Alcat no proporciona ningún dato para planificar un régimen para perder peso. Por eso, siempre aconsejamos desconfiar de los tratamientos milagrosos, porque no existen. Las autoridades deberían actuar”.
En este caso, la SEEN se ha dirigido oficialmente al Instituto Nacional de Consumo, dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo, con el fin de que investiguen a quienes utilizan el método ALCAT, al considerar que podrían estar incurriendo en un fraude al consumidor.
Basilio Moreno, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad ( SEEDO):
“El test de Alcat no es más que un producto que vende medias mentiras basándose en aspectos inmunológicos que conducen al final a mentiras definitivas. Rotundamente opino que no tiene fundamento científico para usarse en el tratamiento de la obesidad.... El enfermo quiere ilusiones -afirma Moreno-, recoger mucho con poco esfuerzo, y queda embaucado por cualquier procedimiento que le garantiza una pérdida de peso que, al principio, es siempre la misma, porque con cualquier tratamiento los primeros 4 ó 5 kilos se pierden perfectamente, porque se pierde agua, pero que, a la hora de perder grasa, falla, y ahí es cuando sólo un tratamiento correcto tiene utilidad. Hemos denunciado este fraude porque es un engaño al consumidor”.
Antonio Peláez, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología (SEAIC):
“Este método, puesto en marcha por un investigador americano, y que conozco desde hace varios años, supuestamente se basa en la detección de intolerancias alimentarias, pero hasta ahora no hay ensayos clínicos que demuestren su eficacia. No se fundamente en ningún conocimiento científico aceptado por la inmunología actual ni la comunidad científica internacional. Desde el punto de vista de nuestra especialidad es un fraude similar al que se produce en el mundo del adelgazamiento. No se trata simplemente de tirar el dinero, sino que tiene el problema de que neurotiza al paciente, porque se le prohíbe tal cantidad de cosas que es imposible que se pueda alimentar luego correctamente. Así que además de ser caro e ineficaz, puede ser contraproducente. No hay análisis mágicos que diagnostiquen enfermedades”.
Javier Aranceta, secretario general de la Sociedad Española Nutrición Comunitaria (SENC):
“Hay que ponerlo en cuarentena porque por el momento está fuera de la oficialidad”. Andreu Palou, profesor en la Universidad de las Islas Baleares (Palma de Mallorca): “No he escuchado opiniones convencidas de su utilidad por parte de los expertos, y tampoco he encontrado referencias científicas en las publicaciones relevantes que me resuelvan las muchas dudas que me plantea”.
Rosa María Ortega, profesora Facultad de Farmacia, Universidad Complutense (Madrid):
“He visto informes de pacientes que se han practicado el análisis en los que, a fin de cuentas, se proponían ¡¡dietas disociadas!! (basadas en no mezclar alimentos que supuestamente engordan, estrategia dietética que carece de fundamento científico)” .
Francesc Prats, director científico del Centro Inmunológico de Cataluña (CIC):
El CIC es el único laboratorio de análisis clínicos que, por ahora, lleva a cabo esta prueba gracias a un contrato de licencia con AMTL Corporation, empresa dueña de la patente estadounidense. Su director científico dice: “El test no es para todo el mundo y si hay quien lo anuncia para adelgazar hay que aclarar que este punto es rotundamente falso”.
Dr Manuel Martín Esteban, responsable del Servicio de Alergia del Hospital La Paz (Madrid):
"Este tipo de métodos repercuten negativamente en la especialidad, ya que la gente acaba desconfiando de todo”. El test Alcat no sigue el método científico. Las intolerancias alimentarias no provocan sobrepeso, más bien lo contrario. Las explicaciones [que dan los promotores de la misma] son confusas, mezclan conceptos... no tienen base científica. No hay ninguna referencia seria en la literatura científica para que este test se esté empleando con fines tan diversos. “
Dr Rogelio Leira, Unidad de Cefaleas, Hospital Clínico Universitario (Santiago de Compostela)
“Sólo un 20% de los pacientes migrañosos sufren crisis por culpa de algunas comidas, pero la razón no es alergia o intolerancia. Se sabe que hay productos, como el queso curado, los frutos secos, el vino, el chocolate... que ejercen una acción vasodilatadora que puede precipitar el dolor de cabeza en pacientes predispuestos. Por otra parte, algunos conservantes y aditivos alimentarios tienen aminas, sustancias similares a la serotonina, un neurotransmisor relacionado con la migraña en estas personas predispuestas. Aparte de que esto no es ninguna novedad, suele ser el propio paciente el que se da cuenta de la relación causa-efecto entre la cefalea y el producto, para eso no hace falta ningún test”.
Dr Charro Salgado, catedrático de Endocrinología, Hospital Clínico Universitario (Madrid):
“En ningún congreso, en ninguna revista científica he visto nada sobre la eficacia de esta prueba. Es inaceptable aseverar que hay una serie de alimentos que son los causantes de que una persona engorde. Y hablar de un análisis de sangre que señale qué alimentos se toleran mejor no es más que un producto de charlatanes y especuladores. Además, ¿qué tiene que ver que no se tolere una sustancia para que engorde? No me puedo creer -duda el catedrático- que haya un solo especialista en Endrocrinología y Nutrición que piense que esa prueba vale para algo, porque nosotros no decimos esas cosas mágicas que la gente quiere escuchar, sino que perder peso está ligado a una reeducación de los hábitos alimentarios, ejercicio y dietas hipocalóricas y eso lo receta cualquier especialista y no cuesta los 500 euros que cobran estos especuladores. Pero claro, hay quien piensa que en la factura va el éxito del tratamiento y eso es una vergüenza”.
Leer más:
http://www.consultadealergia.es/infopac ... imentaria/