POESIAS...........FRASES........

Escribe sobre temas que no tengan nada que ver con Síndrome de Intestino Irritable. Juegos, problemas personales, actualidad...
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Julia
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#256

Mensaje por Julia »

"Y luego, cuando ante tí se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer,
no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda.
Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo,
sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún.
Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón.
Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.”

(Susanna Tamaro. Del libro "Donde el corazón te lleve".)




TODO ERES TÚ

Late una flor en la orilla
llena de besos de luz,
duermen los sueños del alma
entre el azul y el azul,
besa la sangre el misterio
del agua ardiendo que viene del sur.
El mar, el cielo, la flor y el beso...
y el sueño y el alma: todo eres tú




SIN TI...

Sin tí soy como el árbol
sacado de la tierra
que va por el espacio
buscando algún planeta.

Sin tí soy como idea
que busca una cabeza,
porque no tiene amo,
porque nadie la piensa.

Sin tí soy como carta
que, solitaria, tiembla,
perdida su baraja,
ay! ya nadie la juega.

Sin tí, soy como llama
prendida en paja seca -
que a punto de apagarse
al tronco pide leña.

Sin tí soy como hoja
que lleva el viento, muerta,
la sangre se me apaga
por no sentirte cerca.

Sin tí soy como sombra
oscura, triste, negra... -
de noche, cárcel, miedo...,
vestida con cadenas.

Sin ti yo no soy vida,
ni sol, ni luz, ni estrella;
Sin tí yo no soy hombre,
sin tí, sin tí, no soy poeta.
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Siivarianza
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#257

Mensaje por Siivarianza »

***************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************




Pasión

I
Tú tienes, para mí, todo lo bello
que cielo, tierra y corazón abarcan;
la atracción estelar ¡de esas estrellas
que atraen como tus lágrimas!;

II
La sinfonía sacra de los seres,
los vientos, los bosques y las aguas,
en el lenguaje mudo de tus ojos
que, mirándome, hablan;

III
Los atrevidos rasgos de las cumbres
que la celeste inmensidad asaltan,
en las gentiles curvas de tu seno...
¡oh, colina sagrada!

IV
Y el desdeñoso arrastre de las olas
sobre los verdes juncos y las algas,
en el raudo vagar de tu memoria
por mi vida de paria.

V
Yo tengo, para ti, todo lo noble
que cielo, tierra y corazón abarcan;
el calor de los soles, ¡de los soles
que, como yo, te aman!;

VI
El gemido profundo de las ondas
que mueren a tus pies sobre la playa,
en el tapiz purpúreo de mi espíritu
abatido a tus plantas;

VII
La castidad celeste de los besos
de tu madre bendita, en la mañana,
en la caricia augusta con que tierna
te circunda mi alma.

VIII
¡Tu tienes, para mí todo lo bello;
yo tengo para ti, todo lo que ama;
tú, para mí, la luz que resplandece,
yo, para ti, sus llamas!


(Almafuerte)
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#258

Mensaje por Julia »

EN MI RECUERDO

Acaricié la brisa que dejaste
intentando aferrarme a tu recuerdo;
Disfracé de alegría mi nostalgia,
Me intenté convencer que no te pierdo.

Que ahora que no estás eres mas mío,
porque vives en mi a cada momento;
Ocupando mi espacio y compartiendo,
mis triunfos, mis derrotas, mis lamentos.

Ahora te tengo incondicionalmente;
La sonrisa a tus labios se ha mudado
estas siempre feliz aqui en mi mente,
la tristeza contigo se ha marchado.

Perdón por ofrecerte primaveras,
cuando no tenía mas que un gris invierno;
¡Te agradezco el quedarte para siempre,
aunque sea tan solo... En mi recuerdo ! .

Dark Shadow
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Julia
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#259

Mensaje por Julia »

APARECES TÚ....

Me he prometido pedirme perdón,
me he confesado con mi corazón,
me he enamorado de todo mi amor.
Me he permitido decirle al miedo adios
y de repente apareces tu.

Mientras me hablas hago que estoy dormida,
te mentiría si negara hoy,
que desde entonces solo sueño contigo.

Tu entiendes mis silencios solo tu,
conoces mis secretos solo tu,
comprendes cada gesto solo tu,

Me ha sonreído el espejo hoy,
me he decidido levantar la voz,
he despedido a mis fantasmas hoy,
Y me he gustado tal y como soy,
y de repente apareces tu.

Mientras me hablas hago que estoy dormida,
te mentiría si negara hoy,
que desde entonces solo sueño contigo.

Tu entiendes mis silencios solo tu,
conoces mis secretos solo tu,
comprendes cada gesto solo tu.

Y yo solo quiero entregarme,
comprenderte, cuidarte,
darte mi corazón.

Quiero que llegues a ser...
Mi alma y mi obsesión,
mi vida y mi pasión,
mi historia de amor.

Tu entiendes mis silencios solo tu,
me subes hasta el cielo solo tu,
eres mi alma y eres mi inspiración.


http://es.youtube.com/watch?v=h-BS5CQqgTU
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#260

Mensaje por Julia »

Los años no importan cuando has podido vivir verdaderamente cada día.

Que cuántos años tengo? ¿Importa eso? ¡Tengo la edad que siento!
La edad en que puedo: gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o a lo desconocido.
Pues tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tenga!
¡No quiero pensar en ello!
unos dicen que soy vieja
otros, que estoy en mi apogeo.
Pero no es la edad que tengo
ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente
y mi cerebro dicte.

Tengo la edad necesaria para:
gritar lo que pienso,
hacer lo que quiero,
reconocer viejos yerros,
rectificar caminos
y atesorar éxitos.

Ahora no tienen que decirme:
Estás muy joven, ¡No lo lograrás!
Estás muy vieja, ¡Ya no podrás!
porque tengo la edad en que las cosas
se miran con más calma
pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños
se empiezan a acariciar con los dedos
y las ilusiones se convierten en esperanzas.
Tengo los años en que el amor
a veces es una llamarada,
ansiosa de consumirse...
en el fuego de una pasión deseada
y otras, en un remanso de paz
como el atardecer de una playa.

¿Que cuántos años tengo?
No necesito con un número marcar,
mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé
al ver mis ilusiones truncadas;
pues eso, vale mucho más que un número.

Qué importa que cumpla 40 ,50, 70 u 80
si lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito
para vivir libre y sin miedos,
para amar a quien yo elija
y seguir sin temor en el sendero,
al llevar conmigo las experiencias adquiridas
y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué cuántos años tengo?
eso, ¿ A quién le importa?
tengo los años necesarios
para perder el miedo...
y hacer lo que quiero y siento.
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Siivarianza
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#261

Mensaje por Siivarianza »

Una mujer al sol es todo mi deseo,
viene del mar, desnuda, con los brazos en cruz
y la flor de los labios abierta para el beso
y en la piel refulgente el polen de la luz.

Una hermosa mujer, los senos en reposo
y caliente de sol, nada más se precisa.
El vientre terso, el pelo húmedo y una sonrisa
en la flor de los labios, abierta para el gozo.

Una mujer al sol sobre quien yo me arroje
y a quien beba y me muerda y con quien me lamente,
y que al someterse se enfurezca y solloce,

e intente rechazarme, y que al sentirme ausente
me busque nuevamente y se quede a dormir
cuando yo, apaciguado, me disponga a partir.
[Vinícius de Moraes]


...tomo tus versos Vinicius........
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#262

Mensaje por Siivarianza »

Me lo pasó alguien especial,
y me permitió ponerlo aquí para que tod@s puedan verlo...
gracias!! :)



La Princesa con dolor de barriga


En un país muy lejano (tanto que ni los más ancianos pueden recordar), vivía una princesita en su castillo, rodeada de jardines llenos de flores y árboles frondosos, con simpáticos pajarillos que llenaban el aire cada día con sus canciones.

Era la chica más bonita del lugar y por eso todas las demás la miraban con envidia y ojos odiosos, pero la princesa, sin embargo, vivía ajena a todas estas iras y malevolencias; en su mundo sólo había sitio para el baile, la música y la felicidad.

Una de sus amigas, no pudiendo soportar más su propia maldad decidió que la felicidad de la princesita tenía que terminar. Y así sucedió que un día, aprovechando una fiesta que la princesa ofreció a todos aquellos que consideraba sus amigos, su amiga, que era más mala que una bruja, le llevó como regalo, un precioso pastel en forma de corazón, adornado con apeticibles dulces.

La princesa, al ver el regalo que le ofrecían, saltó de alegría y lo aceptó con total ingenuidad. Pero ¡ay! el pastel no era más que una artimaña porque su amiga había escondido en su interior una pócima secreta que produciría un dolor de barriga espantoso a todo aquel que probase un pedazo de ese pastel, por más pequeño que éste fuera. La princesita comió un trocito del rico dulce y repentinamente cayó al suelo retorciéndose de dolor. La bruja, mientras tanto, no cesaba de reír mientras que la princesita yacía en el suelo temblorosa y asustada, sin comprender lo que le estaba sucedido.

Pasado un tiempo el dolor fue disminuyendo pero nunca cesó del todo y esto hizo que la pobre princesita se sintiera cada vez más triste y solitaria. El miedo llenaba todo su ser, se volvió huraña y desconfiada y empezó a creer que todo el mundo quería lastimarla. Este pensamiento le ahogaba el corazón y llenaba de pesadillas sus sueños, noche tras noche.

Un día, paseando por el bosque, se encontró con un simpático osito que se le acercó sin miedo y le susurró:

- ¿Porqué estás tan triste princesita?

- La gente me odia y todos quieren mi desgracia

- ¿Tú crees que todos quieren que sufras?

- ¡Claro! mira cuanto tiempo hace que siento este horrible dolor de barriga y nadie me ha querido dar su remedio

- No todo el mundo es tan malo como tu crees. Hay otras personas con el corazón tan grande y puro como tú lo tenias antes.

- Si es cierto lo que me dices, te ruego que me digas dónde puedo encontrar a esta persona, porque quizá ella podrá sanarme.

- Razón tienes cuando dices que puedo llevarte hasta alguien que te ayude y como creo que tu sufrimiento es injusto te conduciré hasta él para que te cure.

Y sin pensárselo ni por un momento más... la princesita siguió al osito, por un camino muy estrecho, hasta el interior del bosque y llegaron a una pequeña cabaña. La cabaña tenía una chimenea de la cual salía un humo negro como el carbón, con olor a leña. No sabía porqué, pero ese olor le resultaba muy agradable.

La princesita llamó a la puerta y un hombre salió a ver quien preguntaba por él.

- ¿Quien eres tú y qué quieres de mí?

- Por favor, ayúdame, un amigo tuyo me ha dicho que tú podrías curarme del mal que sufro.

- ¿Y cual es este mal que sufres pequeña?

- Un dolor de barriga horroroso que tengo por culpa de una bruja que me envenenó.

- Hmmmm, ¡vaya! creo que sí puedo ayudarte, pero alguna cosa me tendrás que dar a cambio.

- Soy Princesa y muchas riquezas te puedo ofrecer si es que realmente acabas con mi tormento.

- Una cosa sólo quiero de ti.

- ¿Y qué cosa es?

- Una cosa que no se puede comprar con dinero, ¡quiero una de tus muelas!

- ¿Una de mis muelas? ¡pero esto será muy doloroso! ¿Tú también quieres hacerme daño? y... ¿cómo puedo saber que ciertamente me curarás una vez que te haya dado mi muela?

- Tan cierto como que el Sol sale por la mañana y que las estrellas persiguen a la luna por la noche, tan cierto es como te digo, tan cierto... como que no puedo darte ninguna prueba de que lo que afirmo es la verdad.

- Me gustaría creerte pero el corazón me dice que mientes y que sólo quieres aumentar mi desgracia.

- Tu corazón te engaña pequeña princesa y te hace pensar que todo el mundo tiene un alma oscura y sucia como aquella que en su día te envenenó. Y bien cierto es que quizá hay más gente envidiosa y malvada que honesta y bondadosa. Pero si sabes buscar, también podrás encontrar esta otra gente alegre y sana como tu misma lo eras antes. ¿O ya no recuerdas como reías y cantabas y jugabas cada mañana y cada tarde año tras año?

Tras muchas dudas y después de pensarlo muchísimo, la princesita decidió aceptar la propuesta, aunque en el fondo de su alma no tenía ninguna esperanza; en realidad fue su desencanto y desesperación, lo que la empujó a tomar la decisión de confiar en aquel extraño personaje.

Sin decir ni una palabra más, el hombre hizo un gesto para que abriera la boca, y la princesita, obediente, hizo lo que le pedía al tiempo que cerraba los ojos. Sintió como los dedos, introduciéndose en su boca, le iban tocando todas las muelas, buscando la más adecuada, la muchacha esperaba, asustada, el doloroso tirón en el momento más inesperado.

De repente, llamadle magia, llamadle ciencia, sintió que su dolor de barriga se había disipado como el rocío al llegar el alba. Abrió los ojos repentinamente como si hubiera despertado de un sueño y ante ella vio a aquel hombre que abriendo una de sus manos, la acercaba a su carita y le enseñaba una muela blanca como la harina.
- ¡Me has curado! ¡no puedo creerlo! ¿cómo lo has hecho? ¿acaso sabes de alguna ciencia desconocida por todos?

- No soy médico y poco de ciencia sé... Solo una cosa sé hacer bien y es leer dentro del corazón de la gente. El mal que tu sufrías no era por culpa del pastel que aquella bruja te ofreció, sino por tu propio corazón, que resentido y decepcionado huyó del afecto y el calor de otros corazones... creyó que no existía gente buena y al sentirse tan solo provocó este dolor intenso que tu creías que provenía del pastel. Perdiste la confianza en la gente, pero hoy has sabido recuperarla al permitir que un extraño introdujera sus manos en tu boca y arriesgándote a sufrir un gran dolor... has accedido a mi propuesta sin tener la certeza de que realmente sirviera de algo. Hoy has aprendido a confiar de nuevo en las personas.

- Muy cierto es lo que tu dices, puesto que realmente ya no creía volver a encontrar a una sola persona de buen corazón como tú en toda mi vida. Te estoy agradecida y creo que una gran recompensa te mereces. ¡Ven conmigo a palacio y te llenaré las manos y los bolsillos de tanto oro y joyas como tú quieras!

- Yo nada de todo eso necesito. El trato ya está hecho. Yo tengo tu muela y tú salud y felicidad.

- Pero... ¿para qué necesitas una muela? ¿que servicio te puede hacer?

- Mucho sentido tienen tus últimas palabras y toda la razón debo darte cuando dices que ningún servicio me hará esta muela, de manera que te la devuelvo puesto que tuya era y justo es que lo siga siendo.

- ¡Pero no entiendo! ¿Por qué me vuelves a dar la muela? Si acabas de decir que era lo único que querías...

- Quiero que conserves esta muela porque así no olvidarás nunca lo que hoy has aprendido. Cada vez que alguien te haga daño y que tu corazón se sienta solo y triste, quiero que la tomes y que la mires fijamente, y que pienses que, igual que hoy, alguien tarde o temprano llegará y hará desvanecer tu dolor.

Y sin darle tiempo a contestar ni a replicar y mientras aún estaba pensando en todo aquello que acababa de escuchar, aquel hombre dio media vuelta y se fue por el mismo camino por donde ella había llegado. Y cuando aquel hombre ya casi no se podía distinguir entre el follaje del bosque, la pequeña princesita le grito:

- ¡¡¡Muchas gracias por todo, seas quien seas, puesto que ni siquiera tu nombre sé de ti!!!

- Tan solo soy el último de los Hogol y quizá desde hoy también un amigo!

Y una vez que dicho esto, aquel hombre, desapareció por el sendero del bosque y nunca más se volvió a oír hablar de él ni de los Hogol.

Sola ante la cabaña, la princesita alzó la cabeza y miró el cielo azul, las nubes que flotaban allá arriba tan inmensas y tan blancas como el corazón que acababa de recuperar. Y mirando su pequeña muela que descansaba sobre la palma de su mano, tomó el camino de regreso a palacio... donde vivió feliz durante muchos, muchos años más.
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#263

Mensaje por Julia »

Siivarianza escribió:Me lo pasó alguien especial,
y me permitió ponerlo aquí para que tod@s puedan verlo...
gracias!! :)



La Princesa con dolor de barriga


En un país muy lejano (tanto que ni los más ancianos pueden recordar), vivía una princesita en su castillo, rodeada de jardines llenos de flores y árboles frondosos, con simpáticos pajarillos que llenaban el aire cada día con sus canciones.

Era la chica más bonita del lugar y por eso todas las demás la miraban con envidia y ojos odiosos, pero la princesa, sin embargo, vivía ajena a todas estas iras y malevolencias; en su mundo sólo había sitio para el baile, la música y la felicidad.

Una de sus amigas, no pudiendo soportar más su propia maldad decidió que la felicidad de la princesita tenía que terminar. Y así sucedió que un día, aprovechando una fiesta que la princesa ofreció a todos aquellos que consideraba sus amigos, su amiga, que era más mala que una bruja, le llevó como regalo, un precioso pastel en forma de corazón, adornado con apeticibles dulces.

La princesa, al ver el regalo que le ofrecían, saltó de alegría y lo aceptó con total ingenuidad. Pero ¡ay! el pastel no era más que una artimaña porque su amiga había escondido en su interior una pócima secreta que produciría un dolor de barriga espantoso a todo aquel que probase un pedazo de ese pastel, por más pequeño que éste fuera. La princesita comió un trocito del rico dulce y repentinamente cayó al suelo retorciéndose de dolor. La bruja, mientras tanto, no cesaba de reír mientras que la princesita yacía en el suelo temblorosa y asustada, sin comprender lo que le estaba sucedido.

Pasado un tiempo el dolor fue disminuyendo pero nunca cesó del todo y esto hizo que la pobre princesita se sintiera cada vez más triste y solitaria. El miedo llenaba todo su ser, se volvió huraña y desconfiada y empezó a creer que todo el mundo quería lastimarla. Este pensamiento le ahogaba el corazón y llenaba de pesadillas sus sueños, noche tras noche.

Un día, paseando por el bosque, se encontró con un simpático osito que se le acercó sin miedo y le susurró:

- ¿Porqué estás tan triste princesita?

- La gente me odia y todos quieren mi desgracia

- ¿Tú crees que todos quieren que sufras?

- ¡Claro! mira cuanto tiempo hace que siento este horrible dolor de barriga y nadie me ha querido dar su remedio
- No todo el mundo es tan malo como tu crees. Hay otras personas con el corazón tan grande y puro como tú lo tenias antes.
- Si es cierto lo que me dices, te ruego que me digas dónde puedo encontrar a esta persona, porque quizá ella podrá sanarme.

- Razón tienes cuando dices que puedo llevarte hasta alguien que te ayude y como creo que tu sufrimiento es injusto te conduciré hasta él para que te cure.

Y sin pensárselo ni por un momento más... la princesita siguió al osito, por un camino muy estrecho, hasta el interior del bosque y llegaron a una pequeña cabaña. La cabaña tenía una chimenea de la cual salía un humo negro como el carbón, con olor a leña. No sabía porqué, pero ese olor le resultaba muy agradable.

La princesita llamó a la puerta y un hombre salió a ver quien preguntaba por él.

- ¿Quien eres tú y qué quieres de mí?

- Por favor, ayúdame, un amigo tuyo me ha dicho que tú podrías curarme del mal que sufro.

- ¿Y cual es este mal que sufres pequeña?

- Un dolor de barriga horroroso que tengo por culpa de una bruja que me envenenó.

- Hmmmm, ¡vaya! creo que sí puedo ayudarte, pero alguna cosa me tendrás que dar a cambio.

- Soy Princesa y muchas riquezas te puedo ofrecer si es que realmente acabas con mi tormento.

- Una cosa sólo quiero de ti.

- ¿Y qué cosa es?

- Una cosa que no se puede comprar con dinero, ¡quiero una de tus muelas!

- ¿Una de mis muelas? ¡pero esto será muy doloroso! ¿Tú también quieres hacerme daño? y... ¿cómo puedo saber que ciertamente me curarás una vez que te haya dado mi muela?

- Tan cierto como que el Sol sale por la mañana y que las estrellas persiguen a la luna por la noche, tan cierto es como te digo, tan cierto... como que no puedo darte ninguna prueba de que lo que afirmo es la verdad.

- Me gustaría creerte pero el corazón me dice que mientes y que sólo quieres aumentar mi desgracia.

- Tu corazón te engaña pequeña princesa y te hace pensar que todo el mundo tiene un alma oscura y sucia como aquella que en su día te envenenó. Y bien cierto es que quizá hay más gente envidiosa y malvada que honesta y bondadosa. Pero si sabes buscar, también podrás encontrar esta otra gente alegre y sana como tu misma lo eras antes. ¿O ya no recuerdas como reías y cantabas y jugabas cada mañana y cada tarde año tras año?

Tras muchas dudas y después de pensarlo muchísimo, la princesita decidió aceptar la propuesta, aunque en el fondo de su alma no tenía ninguna esperanza; en realidad fue su desencanto y desesperación, lo que la empujó a tomar la decisión de confiar en aquel extraño personaje.

Sin decir ni una palabra más, el hombre hizo un gesto para que abriera la boca, y la princesita, obediente, hizo lo que le pedía al tiempo que cerraba los ojos. Sintió como los dedos, introduciéndose en su boca, le iban tocando todas las muelas, buscando la más adecuada, la muchacha esperaba, asustada, el doloroso tirón en el momento más inesperado.

De repente, llamadle magia, llamadle ciencia, sintió que su dolor de barriga se había disipado como el rocío al llegar el alba. Abrió los ojos repentinamente como si hubiera despertado de un sueño y ante ella vio a aquel hombre que abriendo una de sus manos, la acercaba a su carita y le enseñaba una muela blanca como la harina.
- ¡Me has curado! ¡no puedo creerlo! ¿cómo lo has hecho? ¿acaso sabes de alguna ciencia desconocida por todos?

- No soy médico y poco de ciencia sé... Solo una cosa sé hacer bien y es leer dentro del corazón de la gente. El mal que tu sufrías no era por culpa del pastel que aquella bruja te ofreció, sino por tu propio corazón, que resentido y decepcionado huyó del afecto y el calor de otros corazones... creyó que no existía gente buena y al sentirse tan solo provocó este dolor intenso que tu creías que provenía del pastel. Perdiste la confianza en la gente, pero hoy has sabido recuperarla al permitir que un extraño introdujera sus manos en tu boca y arriesgándote a sufrir un gran dolor... has accedido a mi propuesta sin tener la certeza de que realmente sirviera de algo. Hoy has aprendido a confiar de nuevo en las personas.

- Muy cierto es lo que tu dices, puesto que realmente ya no creía volver a encontrar a una sola persona de buen corazón como tú en toda mi vida. Te estoy agradecida y creo que una gran recompensa te mereces. ¡Ven conmigo a palacio y te llenaré las manos y los bolsillos de tanto oro y joyas como tú quieras!

- Yo nada de todo eso necesito. El trato ya está hecho. Yo tengo tu muela y tú salud y felicidad.

- Pero... ¿para qué necesitas una muela? ¿que servicio te puede hacer?

- Mucho sentido tienen tus últimas palabras y toda la razón debo darte cuando dices que ningún servicio me hará esta muela, de manera que te la devuelvo puesto que tuya era y justo es que lo siga siendo.

- ¡Pero no entiendo! ¿Por qué me vuelves a dar la muela? Si acabas de decir que era lo único que querías...

- Quiero que conserves esta muela porque así no olvidarás nunca lo que hoy has aprendido. Cada vez que alguien te haga daño y que tu corazón se sienta solo y triste, quiero que la tomes y que la mires fijamente, y que pienses que, igual que hoy, alguien tarde o temprano llegará y hará desvanecer tu dolor.

Y sin darle tiempo a contestar ni a replicar y mientras aún estaba pensando en todo aquello que acababa de escuchar, aquel hombre dio media vuelta y se fue por el mismo camino por donde ella había llegado. Y cuando aquel hombre ya casi no se podía distinguir entre el follaje del bosque, la pequeña princesita le grito:

- ¡¡¡Muchas gracias por todo, seas quien seas, puesto que ni siquiera tu nombre sé de ti!!!

- Tan solo soy el último de los Hogol y quizá desde hoy también un amigo!

Y una vez que dicho esto, aquel hombre, desapareció por el sendero del bosque y nunca más se volvió a oír hablar de él ni de los Hogol.

Sola ante la cabaña, la princesita alzó la cabeza y miró el cielo azul, las nubes que flotaban allá arriba tan inmensas y tan blancas como el corazón que acababa de recuperar. Y mirando su pequeña muela que descansaba sobre la palma de su mano, tomó el camino de regreso a palacio... donde vivió feliz durante muchos, muchos años más.
Resalto esas frases en negrita....porque es totalmente cierto.
Vivimos en una sociedad donde la envidia abunda, y casi siempre viene de personas allegadas a las que crees ser una de tus mejores amigas, hasta que te das cuenta de que ha jugado con tus sentimientos....poniendote en contra de las verdaderas amigas.
Lo impòrtante de toda esta historia es que la princesita se alla dado cuenta del engaño, y vuelva a ser la misma que era antes.
Eso es lo que verdaderamente importa, y que sus verdaderas amigas van a estar ahí siempre que las necesite, sin engaños ni falsedades.
Muchas gracias Sergio por tu relato. :)
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#264

Mensaje por Julia »

Bueno espero que lo entendais porque no sé porque no puedo poner el color bien, lo he intentado varias veces pero nada.
Pero el resultado es el mismo. :wink:
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#265

Mensaje por Siivarianza »

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#266

Mensaje por Siivarianza »

QUIÉN PUDIERA MORDERTE LENTAMENTE.....

Quién pudiera morderte lentamente
como a una fruta amarga en la corteza.
Quién pudiera dormir en tu aspereza
como el día en la sierra del poniente.

Quién pudiera rendir la hastiada frente
contra el duro confín de tu belleza,
y arrostrar sonriendo la tristeza,
rota la paz y el paso indiferente.

Quién pudiera, mi amor, la alborotada
resistencia del alma distraída
conducir a tu parva apaciguada.

Quién pudiera ostentar, como una brida,
el arco iris sin par de tu mirada
desde tu luz a mi negror caída.

A.Gala
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#267

Mensaje por Siivarianza »

Un día te querré

Un día te querré... Un día: ¿cuándo?
No lo sé, ni me importa, todavía.
Tan segura de amarte estoy, un día,
que ni anhelo ni busco, voy andando.

Mi mano que la espera va ahuecando
hoy reposa indolente, blanda y fría.
Un día te querrá... Hoy sólo ansía
encerrarse en la tuya, descansando.

Mi amor sabe aguardar. No es impaciente:
su deseo es arroyo, y no torrente
que hacia ti, con certeza, sigue andando.

Y una tarde cualquiera y diferente
me ha de dar a tu amor, serenamente.

Un día te amaré: ¿qué importa cuándo?
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#268

Mensaje por Siivarianza »

Si tú me dices «¡ven!», lo dejo todo...
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo

que tu voz, como toque de llamada,
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.

Si tú me dices «¡ven!», todo lo dejo.
Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular;
mas he de compensarte mi retardo,
difundiéndome ¡Oh Cristo! ¡como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar!










s
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#269

Mensaje por Siivarianza »

"La astucia pude tener vestidos, pero a la verdad le gusta ir desnuda"

(Thomas Fuller)
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#270

Mensaje por Sampedro »

Quiero compartir con vosotros esta oda:

Oda al hombre sencillo de Pablo Neruda


Voy a contarte en secreto
quién soy yo,
así, en voz alta,
me dirás quién eres
(quiero saber quién eres)
cuánto ganas, en qué taller trabajas,
en qué mina,
en qué farmacia,
tengo una obligación
terrible
y es saberlo,
saberlo todo:
día y noche saber cómo te llamas,
ése es mi oficio,
conocer una vida
no es bastante
ni conocer
todas las vidas
es necesario,
verás,
hay que desentrañar,
rascar a fondo
y como en una tela
las líneas ocultaron,
con el color, la trama
del tejido,
yo borro los colores
y busco hasta encontrar
el tejido profundo,
así también encuentro
la unidad de los hombres,
y en el pan busco
más allá de la forma.
Me gusta el pan,
lo muerdo,
y entonces
veo el trigo,
los trigales tempranos,
la verde forma
de la primavera,
las raíces, el agua,
por eso
más allá del pan,
veo la tierra,
la unidad de la tierra,
el agua,
el hombre,
y así todo lo pruebo
buscándote
en todo,
ando, nado, navego,
hasta encontrarte,
y entonces te pregunto
cómo te llamas,
calle y número,
para que tú recibas
mis cartas,
para que yo te diga
quién soy y cuánto gano,
dónde vivo,
y cómo era mi padre.


Ves tú qué simple soy,
qué simple eres,
no se trata
de nada complicado.
Yo trabajo contigo,
tú vives, vas y vienes
de un lado a otro,
es muy sencillo,
eres la vida,
eres tan transparente
como el agua,
y así soy yo,
mi obligación es ésa:
ser transparente,
cada día
me educo,
cada día me peino
pensando como piensas,
y ando
como tú andas,
como, como tú comes,
tengo en mis brazos
a mi amor
como a tu novia tú,
y entonces
cuando esto
está probado,
cuando somos iguales,
escribo,
escribo con tu vida
y con la mía,
con tu amor y los míos,
con todos tus dolores
y entonces
ya somos diferentes
porque, mi mano
en tu hombro,
como viejos amigos
te digo en las orejas:
no sufras,
ya llega el día,
ven, ven conmigo,
ven con todos
los que a ti se parecen,
los más sencillos.
Ven, no sufras,
ven conmigo,
porque aunque
no lo sepas,
eso yo sí lo sé:
yo sé hacia dónde vamos,
y es ésta la palabra:
no sufras
porque ganaremos,
ganaremos nosotros,
los más sencillos
ganaremos,
aunque tú no lo creas,
ganaremos.
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