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Esmaba
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#1

Mensaje por Esmaba »

"El tubo digestivo, conforma nuestro mundo externo-interno".

Con este pensamiento trato de explicar la interrelación que existe entre entorno y aparato digestivo; puede servir de muestra gráfica el nudo que se nos hace en la garganta (dificultad para tragar, náuseas e incluso vómitos) provocado por una situación, un olor, una emoción, etc., de carácter desagradable. En nuestra estancia intrauterina (desarrollo embrio-fetal) el tubo digestivo trasiega el líquido amniótico del saco vitelino (nuestro primigénico mundo externo), lo deglute y lo expulsa continuamente. Nuestra primera deposición tras el alumbramiento, formada por el meconio (líquido amniótico que quedaba en el intestino, nuestro mundo externo-interno), viene a representar el intento de "segregarnos" del mundo externo que llevábamos dentro, pero que, como veremos más adelante, no siempre es así.

SÍNDROME DEL INTESTINO IRRITABLE

El Síndrome del Intestino Irritable (Colon Irritable, Colitis Mucosa o Colon Espasmódico) constituye, a mi modo de entender, un ejemplo muy claro de la mencionada interrelación entre mundo externo y mundo interno: Ante un conflicto con el exterior o proveniente del exterior (relación de pareja deteriorada, conflicto laboral, óbito de allegado, inadaptación, etc.) hay una respuesta exagerada del tubo digestivo (mundo interno). Otros términos que se han empleado para referirse a este síndrome son: colon espástico, diarrea funcional, dispepsia flatulenta, vómitos psicógenos y dolor abdominal funcional. Se manifiesta por dolor intestinal, alternancia diarrea-estreñimiento y deposiciones con moco (colon irritable espasmódico) o por diarrea pandrial o postpandrial (durante o inmediatamente después de las comidas) no acompañada de dolor intestinal (colon irritable diarreico). Tanto en el cuadro espasmódico como en el diarreico llama la atención la ausencia de un trastorno orgánico significativo, pero sí se presenta un gran componente psicógeno: fatiga, ansiedad, depresión, concentración dificultosa, tendencias obsesivo-compulsivas, histeria, agresividad, etc. Como el trastorno de la motilidad presente en este síndrome no solamente afecta al intestino sino a todo el tubo digestivo, incluido el esófago, aparte de esta sintomatología también nos encontramos con otras manifestaciones, igualmente con ausencia de trastorno orgánico significativo: disfagia (dificultad para la deglución), dispepsia (malas digestiones), vómitos y flatulencia (excesivos gases en el vientre). Fuera del área del tubo digestivo hallamos: cefalea (dolor de cabeza), palpitaciones (sensación de “salirse el corazón por la boca”), dolores en la región lumbar (“riñones?”), dismenorreas en la mujer (trastornos en la regla, desde irregularidad hasta dolor), dificultad miccional, etc. El síndrome de intestino irritable representa una causa significativa de morbilidad y ausencia laboral, con mortalidad prácticamente nula, siendo un desorden presente en casi la mitad de los pacientes adultos que acuden a la consulta de digestivo (gastroenterología) como una respuesta reactiva al stress en individuos susceptibles. Los síntomas referidos en la anamnesis (interrogatorio clínico) se remontan generalmente a la niñez o adolescencia aunque sea ahora, en la edad adulta, el momento en que suelen acudir a la consulta. Sobre el mecanismo causal hay varias teorías (déficit enzimático, malabsorción de sales biliares, etc.), pero lo que parece evidente es que en este trastorno hay una clara hipersensibilidad del sistema neuromuscular de la pared del tubo digestivo en individuos con un marcado componente psicógeno de base (patología psiconeurótica subyacente). Observamos que siendo un trastorno funcional (hipersensibilidad motora del tubo digestivo) causado por una alteración psicológica (componente psiconeurótico) tiene también manifestaciones de “somatización” pero sin deterioro orgánico significativo. Podríamos decir que “el síndrome de intestino irritable es un trastorno psicofuncional somatizado sin repercusión orgánica”. Componente psiconeurótico en cuanto a la causa, funcional en cuanto a la respuesta motora y “somatizado” en cuanto a las manifestaciones clínicas (que pueden inducir a creer que se trata de alguna patología orgánica). Apuntar que los diferentes tratamientos habituales no suelen ser muy efectivos (psicológico, medicamentoso, dietético, etc.). Sin embargo sí que parece que lo sea la hipnosis terapéutica a largo plazo para el control del síndrome de intestino irritable. Los hipnoterapeutas de la SHC (Sociedad de Hipnoterapia Clínica) la aplicamos, actuando sobre el componente psicógeno y buscando eliminar la ansiedad y el stress emocional, para restablecer el autoestima, autocontrol y/o autoconcepto con lo que resolvemos o estabilizamos la respuesta “somato-funcional”: hiper e hipoperistaltismo (motilidad aumentada o disminuida respectivamente), dolor, diarrea, disfagia, cefales, sensación de vacío en el estómago, etc. A veces, será necesario realizar una regresión informativa con el fin de encontrar el “trauma” (ocurrido en la niñez o en la adolescencia) del que no se es consciente pero que seguramente es el responsable de la patología. Este trauma puede ir desde un abuso sexual durante la infancia, “un mal examen”, un impacto emocional, etc., pero siempre olvidado por el sujeto o no relacionado con el trastorno actual. El tratamiento recomendado son seis sesiones (una semanal), descansar una semana y repetir seis sesiones más (una por cada semana); total: doce sesiones. Hay casuística {[Unidad de Hipnoterapia del Hospital de Withington (Mánchester). Primera Unidad de Hipnoterapia establecida en el Sistema Sanitario de Salud del Reino Unido]} que muestra que el 71% de los tratados con hipnoterapia experimentó efectos beneficiosos: menor consumo de fármacos, mejor calidad de vida, menor ansiedad y estabilización o mejoría de la sintomatología. Y por último apuntar que se ha comprobado con la observación post-terapéutica de los pacientes intervenidos, que los resultados positivos de la hipnoterapia para el cuidado del síndrome del intestino irritable perduran durante cinco años y sin efectos secundarios apreciables, es por tanto la patología del colon irritable, quizás una de las que mayor casuística posee, dada la habitualidad patologica en la población, la frecuencia en la aplicación del tratamiento terapéutico hipnoideo,y la antigüedad de la misma. Así pues, están informados de que la Sociedad de Hipnoterapia Clínica (SHC) dispone de hipnoterapeutas cualificados para el tratamiento efectivo a largo plazo del síndrome de intestino irritable y les invitamos a que se pongan en contacto con nosotros, si es ese su caso, y buscan una alternativa a su alivio, sabedores de que se trata de una terapia efectiva, perdurable en el tiempo y sin efectos secundarios significativos. Como es lógico, existen otras posiblidades terapéuticas (nunca existe una única opción terapéutica), correspon- de al paciente compararlas, en eficacia (a corto y largo plazo), efectos secuandarios y bondades en la aplicación, decidiendo si la hipnoterapia clínica es la opción que más se ajusta a sus pretensiones. Natu- ralmente, quienes ejercemos como hipnoterapéutas, nos parece sin dudarlo la mejor opción, aunque claro está, nuestra visión, para ser plenamente honestos, siempre será sesgada.

Bibliografía: El Manual Merck. Sexta Edición, en Español (1979) FARRERAS-ROZMAN Medicina Interna. VOLUMEN I Duodécima Edición (1988) Gut 2003; 52:1623-29
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